Moción: “A SEMEJANZA DE LO LLEVADO A CABO RECIENTEMENTE POR LAS ADMINISTRACIONES RIOJANA Y CATALANA EN SUS CARRETERASS NACIONALES CON ALTO PORCENTAJE DE VEHICULOS PESADOS (N-232, N-II, N-240 Y N-340), SE INSTA AL GOBIERNO DE NAVARRA ADOPTAR LAS MEDIDAS Y CONVENIOS NECESARIOS QUE PROCUREN EL DESVIO POR OTRAS RUTAS ALTERNATIVAS DEL TRANSPORTE DE MERCANCIAS QUE NO TENGAN ORIGEN NI DESTINO EN LA N-121A”.
ARGUMENTOS
El alto número de vehículos pesados que transitan la carretera y los túneles de la N-121A, establecen un nivel de peligrosidad inaceptable para los usuarios de esta vía y los habitantes de la comarca.
Túneles:
Insuficiencia en las medidas de seguridad. Si a pesar de las obras realizadas en los túneles de Almandoz y Belate, sigue incrementándose el número de camiones que los transitan como venía constatándose en los meses anteriores a su cierre, el inaceptable nivel de riesgo y alta peligrosidad de estos túneles, lejos de mantenerse, aumentará.
Las actuaciones llevadas a cabo apenas inciden sobre la prevención del principal factor de riesgo que tienen estas infraestructuras, es decir, el incendio de vehículos pesados en sus interiores y en caso de que este se produzca, el garantizar la supervivencia de las personas que allí se encuentren (las actuaciones realizadas por el gobierno no son medidas exigidas por la “Directiva Europea 2004/54 sobre mínimos de seguridad” como interpreta el ejecutivo).
Si la gran cantidad de humos y gases tóxicos que producen los incendios de camiones no son rápida y debidamente evacuados del interior del túnel, las personas allí presentes corren un grave peligro por la falta de visibilidad que se produce y la rapidez con que estos gases causan su muerte por asfixia. Es cuestión de unos pocos minutos que obligan a que la evacuación (salida del túnel), deba ser lo más rápida posible.
A falta de una rápida respuesta por parte de los servicios de extinción, el actual sistema de ventilación de estos dos túneles es incapaz de extraer los gases producidos por el incendio de un vehículo pesado, sin que parte de las personas presentes en su interior se vean afectadas por estos. Estos túneles no disponen de salidas de emergencia que permitan una rápida y segura evacuación de los usuarios.
Los análisis de riesgos realizados en el año 2015 para los túneles de Belate y Almandoz concluyeron que ambos túneles se encontraban dentro de la última categoría: “túneles con peligrosidad elevada, que no se considerarán seguros y que requerirán la adopción de medidas complementarias para aumentar su seguridad y poder mantenerse en servicio”.
Los análisis aun podían haber determinado peores resultados si hubiesen tenido en cuenta entre otros, aspectos agravantes como la frecuencia de incendios y conatos de incendio de vehículos pesados en estos túneles, la inexistencia de campañas de información a los usuarios sobre las conductas a adoptar en este tipo de situaciones, el tránsito de mercancías peligrosas en invierno sin ningún tipo de medida adicional o la inexistencia de un plan de emergencias actualizado.
Siendo la posibilidad de producirse un incendio debido al gran volumen de vehículos pesados que transitaban estos túneles diariamente (unos 2.100 camiones en el año 2014) uno de los principales factores de la peligrosidad analizada, como medida reductora del riesgo, los citados informes estudiaron la posibilidad de reducir de este volumen como una posibilidad a llevar a cabo a corto plazo.
Realizado el estudio del desvío por otras rutas alternativas de aquellos vehículos pesados que no tuviesen ni origen ni destino en la N-121A, unos 1.200 camiones según estimación del gobierno de Navarra del año 2014, los informes reflejaron que los niveles de peligrosidad se reducirían a valores más que aceptables para el caso de Almandoz y próximos a la aceptabilidad para el caso Belate.
A pesar de la solicitud llevada a cabo por 31 ayuntamientos en junio del año 2016 en la que se instaba al gobierno de Navarra a adoptar urgentemente medidas capaces de minimizar el alto nivel de peligrosidad constatado, el ejecutivo conocedor de dichos análisis, no adoptó ningún tipo de medida al respecto.
Aumento del nivel de riesgo en los túneles. Actualmente, año 2020, el volumen de vehículos pesados se ha incrementado en un 50 % respecto al del 2014, es decir, pasan aproximadamente 1.000 camiones más diariamente de lo que contemplaron los análisis del 2015. Variable que sin duda alguna, implica un nuevo aumento del índice de peligrosidad estimado por los citados informes.
Entre los días 5 y 9 de marzo de 2018, de los casi 9.000 vehículos que transitaron diariamente estos túneles, prácticamente 3.500, es decir un 40%, eran vehículos pesados. Se estima que un 70% de ellos, es decir, unos 2500 camiones son de paso internacional, es decir, sin origen ni destino en la comarca de la N-121A.
Inoperatividad y riesgo para los servicios de emergencia. El servicio de bomberos más próximo (Bomberos de Oronoz) está muy lejos de poder ser efectivo en la extinción de un incendio de vehículo pesado en estos dos túneles y en el rescate de las personas que en este estén involucradas.
Su inadecuado tiempo de respuesta para estos casos, la escasa formación de su personal en estas tareas y los vehículos que disponen, hacen que su operatividad no sea la deseada. Cualquier intento de intervención conllevaría un alto riesgo para sus dotaciones.
El Centro de Control de Belate, no tiene la capacidad de poder intervenir ni solventar situaciones de incendio.
En consecuencia, son los propios usuarios que se vean implicados en un incendio, las que, sin ayuda externa, deberán decidir por sí mismos qué hacer para ponerse a salvo.
Carretera:
A semejanza de lo que ocurre en sus túneles, el carácter de circulación “bidireccional” que se da en el trazado de la N-121A implica que la probabilidad de que se produzcan incidentes y accidentes sea más alta y de mayor gravedad que la que se produce en una carretera o túneles con circulación unidireccional, es decir, desdoblados con separación física entre uno y otro sentido de la circulación (autovías y/o autopistas).
En un alto porcentaje, los accidentes más graves que se producen en este tipo de carreteras “bidireccionales” como la N-121A se deben a los choques frontales. Los peores resultados de estos accidentes se dan en aquellos choques frontales en lo que se involucran vehículos pesados.
Ello queda patente en la N-121A.
En 10 meses (julio de 2017-abril de 2018), 10 personas perdieron la vida, 12 resultaron gravemente heridas y otras tantas heridas de diversa consideración. De las 10 víctimas mortales, 8 personas (80%) fallecieron en choques frontales. En el 70% de los accidentes mortales se han visto involucrados vehículos pesados. Los chóferes de estos vehículos pesados también formaron parte de las víctimas: 2 fallecidos, 4 heridos muy graves.
Balance que no refleja del todo la grave situación de la N-121A. Han de tomarse en cuenta la potencial siniestralidad de otros 6 graves accidentes producidos por vehículos pesados articulados en los últimos 4 meses del periodo citado (3 tijeras-vuelco con invasión del carril de circulación del sentido contrario y 3 perdidas de la visibilidad circulatoria dentro de los túneles de Belate debidas a la ocupación de humo producida por las roturas de sus turbo-motores).
En comparativa, en ese mismo periodo y a pesar de tener un mayor volumen de circulación, en la autovía A-15, vía “unidireccional“, paralela y alternativa al trazado de la N-121A (Iruña-Behobia), no se produjo ningún accidente mortal y apenas se produjeron accidentes significativos.
Son numerosos los estudios, proyectos y recomendaciones sobre tráfico y accidentalidad (RAC-Real Automóvil Club, AIPCR-Asociación Mundial de la Carretera, Ministerio de Fomento, Dirección General de Tráfico, etc.…) que indican que desviar los camiones a las autovías/autopistas reducirían el número de muertos que se producen en estas carreteras “bidireccionales”.
Claro y exitoso ejemplo de ello es la N-II en Gerona, con una problemática casi idéntica a la de la N-121A. Sin coste para las administraciones, el desvío a la autopista AP-7 de los camiones que van y vienen de la frontera ha reducido el número de víctimas. En dos años de prueba (2014-2016) el promedio de 15 víctimas mortales anuales se redujo a tan solo 3.
Dan continuidad a este ejemplo la N-232 a su paso por La Rioja, la N-340 en Tarragona, la N-240 en Lérida…
Si históricamente, la N-121A junto con la N-111 (Iruña-Logroño), la N-121 (Iruña-Tudela) y la N-232 (Tudela-Logroño) han sido las carreteras “nacionales” de Navarra con mayor índice de mortalidad, actualmente, a pesar de su reducido recorrido de 66 Km. y de las mejoras llevadas a cabo en su trazado (túneles, viaductos, desdoblamientos…) la N-121A ha pasado a ser la más mortal de las carreteras navarras (datos del Gobierno de Navarra).
En los últimos 25 años han perdido la vida en esta vía más de 180 personas, siendo innumerables los heridos y afectados que en ella se han producido. Y en solo dos ocasiones, años 1999 y 2005, se había superado el balance de los 10 fallecidos ocurridos en 2018.
Mientras el resto de las carreteras “históricamente mortales” arriba reseñadas siguen reduciendo sus tasas de mortalidad, la N-121A, lejos de mantenerse, vuelve a alcanzar máximos históricos.
Mientras la A-15, (vía desdoblada de mayor capacidad y seguridad, diseñada y proyectada para dar entrada y salida al gran volumen de mercancías de y para Europa) se vacía de camiones (en 2002 circulaban 2.500 camiones diarios, en 2017, 1.400), la N-121A vía bidireccional de elevada siniestralidad, se sobrecarga de vehículos pesados pasando de los 950 camiones que circulaban en el 2002, a los más de 3.000 actuales (datos en los túneles de Gorosmendi, A-15 y de Belate, N-121A).
La crisis económica y el sobrecoste de los nuevos peajes establecidos para el transporte de mercancías en la paralela A-15/AP-8 mucho tienen que ver en este trasvase de vehículos pesados que viene produciéndose en los últimos años.
Esta sobrecarga de vehículos pesados en nada va favorecer la seguridad y la fluidez de la N-121A. El aspecto internacional de la gran mayoría de estos camiones apenas tiene repercusión económica sobre la comarca (salvo en algunos sectores muy concretos como el de las gasolineras) y en ningún modo comparable ni compensable con el aumento de la inseguridad y accidentalidad que ello conlleva.
Siendo el sobrecoste añadido de los peajes en la A-15 la principal razón por la que el transporte sin origen ni destino en la comarca opta por transitar por la N-121A, compete al Gobierno de Navarra procurar y adoptar las medidas y convenios necesarios para que ello no se traduzca en el aumento de la ya alta siniestralidad de esta vía.
Si ya el 2019 finalizó con un accidente en el que fallecieron dos vecinas de Azpilkueta (madre e hija), este 2020 arranca con dos nuevos accidentes en los que fallecen 3 vecinos de la comarca. En ambos siniestros se involucran vehículos pesados.